—¡Larten! —lo interrumpió el Príncipe—. Decidme “Vancha”,
“March” o “¡Eh, feo!” mientras estemos en los caminos. No quiero que
seáis tan ceremoniosos conmigo.
—Muy bien… —Mr. Crepsley sonrió abiertamente—…feo —.
Volvió a ponerse serio—. Corren tiempos difíciles, Vancha. Está en
juego el futuro de nuestra raza. ¿Cómo vamos a atrevernos a ignorar la
profecía de Mr. Tiny? Si en ella hay esperanza, debemos aprovecharla.
Vancha lanzó un largo y triste suspiro.
—Durante cientos de años, Tiny nos ha dejado pensar que estábamos
condenados a perder la guerra cuando apareciera el Lord Vampanez.
¿Por qué nos dice ahora, después de todo este tiempo, que aún no hay
nada decidido, pero que sólo podremos evitar el desastre si seguimos sus
instrucciones? —El Príncipe se rascó el cogote y escupió sobre el
arbusto que había a nuestra izquierda—. ¡A mí eso me suena a un
montón de mierda!
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